El sector empresarial tiene como gran reto el seguir ganando competitividad dentro y fuera de nuestras fronteras. Para ello, la normalización puede contribuir favorablemente a facilitar la implementación de novedades destacadas e impensables hace diez años, en materia de gestión empresarial, tales como el cambio de orientación de la política comercial, donde la exportación a nuevos mercados se está convirtiendo en algo estructural; la relevancia creciente de la innovación y del mundo digital, con un impacto todavía desconocido en la manera de hacer negocios; la formación y educación, que ganan peso como factor de competitividad; y por último el desarrollo de la responsabilidad social de la empresa, para contribuir activa y voluntariamente a la mejora social, económica y ambiental de toda la sociedad.
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