La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) celebró en noviembre el primer Simposio de alto nivel, bajo el nombre "Simplificando para el éxito". En esta reunión celebrada en París, Javier García participó en su rol como vicepresidente de la Organización Internacional de Normalización (ISO).
La OCDE ha lanzado el proyecto Simplificando para el Éxito (S4S) con el objetivo de explorar las iniciativas actuales para la reducción y simplificación de la carga regulatoria, reflexionando sobre las acciones pasadas y los desafíos actuales. Y de esta manera, apoyar los esfuerzos de los gobiernos para implementar regulaciones sencillas, inteligentes y simplificadas para acelerar la prosperidad de las personas y el progreso de las empresas.
Durante su intervención, Javier explicó que las normas desarrolladas por organizaciones internacionales como ISO están impulsadas por el mercado y ofrecen a los reguladores el contenido técnico necesario para implementar políticas y optimizar los recursos públicos en el desarrollo de regulaciones robustas y más fáciles de implementar por parte de las empresas.
Destacó también como los principios de la estandarización: apertura, transparencia y participación de todo tipo de partes interesadas, dan la confianza a los reguladores en que su responsabilidad y el interés público están protegidos.
Señaló que la estandarización es un gran ejemplo de colaboración público-privada, es la plataforma de equilibrio donde reguladores y empresas se entienden. Corresponde a los gobiernos apoyar esta alianza y reducir de forma más eficaz la complejidad y los costes regulatorios, protegiendo al mismo tiempo el interés público.
En esta línea, la OCDE ha publicado el informe Fortalecimiento de los marcos regulatorios mediante estándares, mediciones y garantías - Mejorar el uso de la infraestructura de calidad en la formulación de políticas.
Este informe destaca el papel que tanto los gobiernos como las organizaciones de la Infraestructura de la calidad realizan para garantizar que los productos y servicios sean seguros y fiables para los consumidores.
Aquellos gobiernos que desarrollan políticas públicas apoyándose en estándares, asegurando mediciones precisas, comprobando que los productos y servicios cumplen con esos estándares y supervisando el mercado, fortalecen la protección del consumidor, generan confianza y dinamismo en su economía y facilitan el comercio internacional.
Asimismo, el informe aboga por la coordinación y trabajos alineados entre los reguladores y las entidades de estandarización, metrología y acreditación para que, de manera conjunta, desarrollen regulaciones más inteligentes, simplificadas y efectivas en cualquier sector, y así apoyar a las organizaciones a afrontar sus retos como la transición medio ambiental o la digitalización.