El pasado 16 de septiembre se celebró uno de los eventos clave para la normalización europea, organizado a propósito de la presidencia rotatoria de Alemania de la UE: el seminario "Reforzar las normas y estándares europeos – Dinamizar el Pacto Verde para Europa", seguido por 850 participantes de toda Europa.
La sesión estuvo marcada por el mensaje del buen funcionamiento del modelo regulatorio europeo basado en normas, así como en el papel clave de los estándares para afrontar los retos del plan de recuperación de la UE (transición ecológica y transformación digital).
Durante su intervención, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton destacó el papel fundamental de la normalización para lograr las tres metas del Plan de recuperación de la UE: verde, digital y resiliente. Las normas reducen los costes, promueven la innovación, garantizan la interoperabilidad entre los diferentes dispositivos y servicios y ayudan a las empresas a acceder a los mercados.
El Comisario Europeo puso de manifiesto la relevancia de las normas, indispensables para desplegar las políticas que la Comisión ha diseñado en los ámbitos del Pacto Verde y la digitalización para los próximos años; de la misma manera que la normalización ha demostrado ser una exitosa herramienta de apoyo al despliegue de políticas públicas europeas durante los últimos 30 años.
Ahora más que nunca Europa debe mantenerse unida frente a los mercados internacionales. Debe ser líder, marcar el paso, y no verse a avocada a seguir las líneas que otros diseñen en áreas como la economía circular o las tecnologías limpias.
La normalización, paradigma de las colaboraciones de éxito público-privadas, es el nexo entre industria, reguladores y consumidores. La normalización debe ser el radar que identifique nuevas iniciativas y el instrumento que las materialice y dé forma.
Las normas no son un fin en sí mismo; sirven para que las organizaciones logren sus objetivos estratégicos, como el Pacto Verde, la conectividad o la sostenibilidad. Y hoy más que nunca las normas deben ser la herramienta que reguladores e industria europea utilicen para expandir la influencia en los mercados globales, ser competitivos y alcanzar el liderazgo tecnológico.