Durante las dos primeras semanas de junio, Javier García, Director General de UNE y Vicepresidente de la Organización Internacional de Normalización (ISO), ha participado en varias reuniones de órganos de gobierno de ISO y de la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC).
Por un lado, participó en las reuniones del Consejo de ISO, celebradas en Copenhague, organizadas por el organismo de normalización danés, Danish Standards. En este encuentro se puso sobre la mesa la importancia de proporcionar al mercado global estándares internacionales que aporten soluciones a los desafíos globales, en especial los relacionados con los objetivos ESG (ambiental, social y de buen gobierno).
Por otro lado, como Chair del Consejo de Administración Técnica (TMB) de ISO, lideró las reuniones celebradas en Ginebra. Entre los temas tratados, se abordaron las pautas sobre el uso de la inteligencia artificial, la terminología inclusiva, el cambio climático, la transformación digital, el desarrollo de estándares
online (OSD) y el fortalecimiento de alianzas con socios clave.
El cierre de este ciclo de encuentros de trabajo lo pusieron las reuniones conjuntas de los Consejos Técnicos de ISO (TMB) e IEC (SMB), donde tanto el Vicepresidente de IEC, Vimal Mahendru como el Vicepresidente ISO, Javier García, abogaron por seguir afianzando las bases de las acciones coordinadas entre ISO e IEC para desarrollar normas que sean las herramientas para afrontar los retos de la sociedad.
La normalización española ejerce una posición de liderazgo a nivel mundial. Varios expertos españoles ocupan cargos directivos en los órganos de gobierno de los organismos internacionales y europeos de normalización y están al frente de más de 150 responsabilidades en órganos técnicos, encabezados por Javier García. Asimismo, cada vez son más numerosas las normas españolas UNE que sirven de base para la elaboración de estándares globales.
Estás responsabilidades sitúan a España como líder en la estandarización en campos tan diversos como turismo, sanidad, energías renovables, ciudades inteligentes, productos eléctricos y electrónicos, calzado, construcción sostenible, bombas de calor o barbacoas, entre otros.
Numerosos estudios internacionales y nacionales han demostrado que las normas tienen beneficios económicos. Un estudio de ISO concluye que la contribución de las normas al beneficio bruto de las empresas que las aplican supone hasta el 5% de sus ingresos anuales por ventas. Además, las normas contribuyen a mejorar un 13% la productividad y reducen un 7% los costes empresariales en España, según otro estudio realizado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Desde el punto de vista macroeconómico, la aportación de las normas técnicas al crecimiento económico de España se estima en el 1% del PIB, un porcentaje muy similar al de los países más avanzados de nuestro entorno, según varios estudios internacionales.
Estos datos reflejan la importancia de liderar las normas internacionales y europeas, que tienen un efecto directo a la hora de incrementar el comercio internacional, impulsar la competitividad del tejido productivo español y mejorar la Marca España.